¿Cómo prevenir úlceras por presión?


Actualidad / jueves, enero 26th, 2017

¿Cómo prevenir las úlceras por presión?

La prevención es lo más importante a la hora de afrontar una enfermedad o simplemente el envejecimiento de la persona. Siempre hay que prevenir posibles problemas que puedan derivar en futuras complicaciones en el estado general de salud de las personas.

 

A pesar de lo anterior, en ocasiones resulta no ser siempre posible ya que influyen otros factores relacionados con los problemas de salud previos que padezca el paciente. Aún así debemos hacer una labor de prevención para que las úlceras no se generen o que no empeoren en el sentido de llegar a estadios más difíciles de curar.

 

A continuación se exponen algunos consejos o recomendaciones:

En cuanto a cuidados de la piel:

– Examinar la piel diariamente: Color, textura, turgencia, vascularización, humedad y temperatura. Esta exploración será más minuciosa en pacientes diabéticos o con trastornos circulatorios.

– Mantener la piel del paciente limpia y seca, prestando mucha atención a los pliegues cutáneos.

– Asear al paciente con agua tibia y jabón o un gel pH neutro (pH de 5) para eliminar los restos de sudor y secreciones, sin alterar su manto ácido natural. Realizar este lavado tantas veces como sea necesario, en función de las necesidades del paciente (sudoración, obesidad, incontinencia, etc.)

– No utilizar sobre la piel alcohol o colonias. En todo caso, utilizar solo alcohol alcanforado para conseguir una vasodilatación que facilitará la afluencia se sangre a los tejidos.

– Utilizar después una crema hidratante o emoliente, procurando que se absorba completamente.

– Se pueden realizar masajes para activar la circulación y favorecer la relajación. Se deben realizar moviendo suavemente la piel y el tejido subcutáneo pero nunca sobre las prominencias óseas.

– Al cambiar la ropa de la cama hay que fijarse en no dejar pliegues en la sábana bajera ya que podrían producir úlceras. El resto de la ropa no debe hacer presión sobre el cuerpo del paciente.

Movilización y cambios posturales:

– En pacientes que no puedan colaborar en los cambios posturales, es importante realizar un plan de movilización cada 3 horas, siguiendo un ritmo de rotación determinado. El paciente nunca será arrastrado en la cama para hacer el cambio ya que ello podría producirle una úlcera por roce.

– No deben someterse a presión las zonas de riesgo ni las zonas con prominencias óseas. Utilizar productos antiescara como patucos, coderas, rodilleras, etc.

– Elaborar un plan de rehabilitación que haga mejorar la movilidad del paciente.
– Mantener el alineamiento corporal y la distribución del peso.

–  Si la cabecera de la cama tiene que estar elevada, no debe pasar de los 30º, no manteniendo esta postura durante mucho tiempo.

– Como complemento se pueden utilizar colchones (de agua, de silicona, de espuma y de presión de aire alternante), cojinesalmohadassábanas antiescaras, protecciones locales para talones y codos, etc. Hay que tener en cuenta que nunca sustituyen a la movilización. Se utilizan para amortiguar la presión del cuerpo sobre la superficie de apoyo.

– Cuando el paciente se eche de lado en la cama, no debe apoyarse directamente sobre el hueso de la cadera. Además de la almohada de la cabeza, es conveniente colocar una almohada entre sus rodillas para separarlas y aliviar la presión. Se pondrá otra almohada apoyando la espalda formando un ángulo de 45º a 60º. Las piernas quedarán en ligera flexión y
formando un ángulo recto con los pies.

– Cuando el paciente este acostado sobre su espalda, deberá mantener sus talones levantados, para lo cual se colocará una almohada vascular o cilindro. Hay que evitar que los tobillos se toquen entre sí.

– Cuando el paciente este sentado se efectuarán movilizaciones cada hora.

– Es conveniente favorecer la deambulación progresiva siempre que sea posible.

Cuidados generales:

– Mantener una buena hidratación y alimentación.

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