Antiescara

¿Qué es una escara o úlcera de presión?

Una escara es una lesión cutánea que se produce cuando la piel y los tejidos subyacentes se ven afectados por una presión prolongada. Estas heridas suelen desarrollarse en personas que permanecen inmóviles durante largos periodos de tiempo, como en pacientes postrados en cama o en silla de ruedas. Las zonas más comunes donde aparecen son las partes del cuerpo con mayor presión contra superficies duras, como los talones, codos, caderas y el coxis.

Las escaras, también conocidas como úlceras por presión, evolucionan en diferentes grados de gravedad, desde un enrojecimiento de la piel hasta una llaga profunda que puede llegar a afectar músculos y huesos. Es fundamental prevenirlas mediante el cambio frecuente de postura, el uso de cojines o colchones especiales y el mantenimiento de una buena higiene y nutrición de la piel.

El tratamiento de las escaras depende de su gravedad, pero incluye la limpieza de la herida, la eliminación de tejidos muertos y el uso de apósitos especializados que favorecen la cicatrización. Prevenir y tratar las escaras de manera oportuna es clave para evitar complicaciones graves y mejorar la calidad de vida de quienes las padecen.

¿Cómo prevenir una úlcera por presión?

Prevenir una escara o úlcera por presión es fundamental para evitar complicaciones en la piel, especialmente en personas con movilidad reducida. Aquí te ofrecemos algunos consejos clave para prevenir la formación de escaras:

1. Cambiar de posición frecuentemente: Moverse cada 2 horas es esencial para reducir la presión en áreas vulnerables como talones, caderas y coxis. Esto permite mejorar la circulación y reducir el riesgo de úlceras.

2. Usar cojines y colchones especiales: Los cojines antiescaras y colchones de presión alterna están diseñados para distribuir el peso corporal de manera uniforme, evitando puntos de presión prolongada.

3. Mantener una buena higiene de la piel: Limpiar y secar la piel correctamente es clave para prevenir la irritación y las infecciones. Utilizar productos humectantes también ayuda a mantener la piel hidratada y más resistente a las lesiones.

4. Vigilar la nutrición: Una dieta equilibrada, rica en proteínas, vitaminas y minerales, es esencial para la salud de la piel y su capacidad de regeneración. La hidratación también es importante para mantener la elasticidad y la resistencia de la piel.

5. Supervisión regular: Revisar la piel de forma diaria, especialmente en zonas con mayor riesgo de úlceras, permite detectar signos tempranos de enrojecimiento o irritación, lo que facilita la intervención rápida.

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